HISPANISTA - Vol
X nš 37 -abril
- mayo - junio de 2009 Revista electrónica de los Hispanistas de Brasil - Fundada en abril de 2000 ISSN 1676-9058 ( español) ISSN 1676-904X (portugués) |
Editora general: Suely Reis Pinheiro |
El “Diccionario de uso del español de América y España” VOX, aunque sigue de cerca la definición del DRAE, agrega un detalle muy importante: “[persona] Que hace alarde de lo que es y de lo que no es, en especial de valiente (…)”. Según esto “fanfarrón” no es sólo el que alardea de lo que no es, sino también el que alardea de lo que es. Esta última acepción se da en otro adjetivo muy venezolano, “echón”, que no aparece en el DRAE, aunque sí está el sustantivo “echonería” como un venezolanismo que significa “Jactancia, fanfarronada”. Este diccionario, además, registra otra acepción del adjetivo “fanfarrón”: “Que es propio y característico de las personas fanfarronas: su estilo verbal era afectuoso y fanfarrón, mezcla de altivez chusca y chulería afable, simpática, con la mitad de las palabras en la justicia, la paz y el orden y la otra mitad en el insulto y el chiste”. El “Diccionario del español actual”, de M. Seco, O. Andrés y G. Ramos, precisa un poco más: “fanfarrón. Persona que alardea de superioridad, de valor o de riqueza (…) Cosa que denota o implica alarde o presunción (…)”. Los diccionarios también registran “fanfarronada”, “fanfarronear”, “fanfarronería”, “fanfarronesca”. Por otra parte, “fanfarrón” se relaciona con “fanfarria”, definida como “conjunto musical ruidoso, principalmente a base de instrumentos de metal. ||2. Música interpretada por estos instrumentos (…)”. (DRAE). En Aragón, además, dice el DRAE, “fanfarria” es también una “Persona que se precia y hace alarde de valentía o de otros valores”. Según el DRAE “fanfarrón” es posiblemente de origen árabe-hispánico. Sin embargo, Corominas (“Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”) sostiene que es “Voz de creación expresiva que del castellano ha pasado a las demás lenguas romances”. Y afirma, además, que “fanfarria” deriva de “fanfarrón”, lo que sería un curioso caso de derivación regresiva, pues lo lógico y natural sería que “fanfarrón” derivase de “fanfarria”, y no al revés. |
BELLACO El DRAE define el adjetivo “bellaco” como “Malo, pícaro, ruin. (…) ||2. Astuto, sagaz (…)”. Igualmente registra que en México “bellaco” es, “Dicho de una caballería: difícil de gobernar”. Aunque el DRAE no lo diga, igual significado tiene también en Venezuela: “Tenga cuidado, que ese caballo es muy bellaco”; “Le puedo prestar una mula, pero es muy bellaca”. El DRAE registra también el sustantivo “bellaquería” y el verbo “bellaquear”. El “Diccionario CLAVE” señala igualmente que “bellaco es, referido a una persona o a su comportamiento, malo y despreciable en cualquier aspecto”. El “Diccionario de uso del español de América y España VOX” amplía y precisa la definición: “(…) Que es malo moralmente y ruin; en especial, que comete delitos: poca valentía demuestran los bellacos que, cual cazadores furtivos, asesinan a ancianos por la espalda, tienden cebos explosivos junto a niños y rematan a las madres en presencia de sus criaturas; mentir como un bellaco”. El “Diccionario del español actual”, de M. Seco, O. Andrés y G. Ramos agrega, a los significados ya vistos los de bribón y mentiroso o embustero, este último referido especialmente a la frase frecuente “mentir como un bellaco”. En el monumental “Diccionario de uso del español” de doña María Moliner se dice que “bellaco” equivale a “Astuto o taimado. Pícaro”. Finalmente en el “Diccionario Anaya de la lengua” se dice que la palabra “bellaco” se refiere “a la persona que es despreciable porque actúa con maldad y falta de honradez”, y da como sus sinónimos a “bribón” y “malvado”. Registra, además, como usual en Ecuador y Panamá el slgnificado de “Valiente”. “Bribón", por su parte, es “haragán” y “pícaro” (DRAE). Pero es de advertir, como ya lo hice en un artículo reciente, que en Venezuela el adjetivo “pícaro” no siempre es peyorativo, y frecuentemente lo usamos mas bien como una expresión de gracia y simpatía para referirnos a las travesuras e ingeniosidades de ciertas personas. Como se ve, todas estas definiciones son bastante coincidentes. Y aunque ninguno lo da como tal, el uso de “bellaco”, al menos en nuestro país, tiene un carácter coloquial o familiar. “Bellaco” es palabra de origen incierto. |
El DRAE registra varias acepciones del sustantivo “pandilla”. La 1ª no es usual en Venezuela: “Trampa, fullería, especialmente la hecha juntando cartas”. La 2ª es de tipo general, y como definición resulta un poco vaga e imprecisa: “Liga o unión”. Su generalidad permite aplicarla a entes muy diversos. Se sobreent¡ende que se refiere a grupos de personas, y la finalidad de estas puede ser cualquiera. Tampoco esta acepción es usual en nuestro país; aquí resultaría muy cuesta arriba llamar “pandilla”, por ejemplo, a una liga o unión con fines deportivos, políticos, culturales, económicos o religiosos. La 3ª acepción sí es común en Venezuela, quizás la más frecuente: “Liga que forman algunos para engañar a otros o hacerles daño”. Pero el uso venezolano suele ser más drástico, y más patente el sentido peyorativo del vocablo. Entre nosotros es frecuente que se llame “pandillas” a grupos de delincuentes, independientemente de que empleen el engaño o no, o de que actúen con el deliberado propósito de hacer daño a determinadas personas o instituciones. Son comunes frases como “pandilla de facinerosos”, “pandilla de ladrones”, “pandilla de sinvergüenzas”, “pandilla de malandros”… También es muy general la 4ª acepción: “bando, bandería”. En esta tampoco se definen los fines o propósitos del “bando” o “bandería” de que se trate, de modo que pueden ser cualesquiera. Finalmente, la 5ª acepción también es de uso corriente en Venezuela: “Grupo de amigos que suelen reunirse para divertirse en común”. Aquí el vocablo pierde toda noción peyorativa. Se suele hablar de “pandilla” incluso con cierto tono de simpatía. La “pandilla” puede ser, por ejemplo, un grupo de amigos que se reúnen sanamente con frecuencia, para divertirse, para irse a la playa, o hasta simplemente para conversar. Años atrás se conocía la “Pandilla Lautreamont”, un grupo de poetas y otros escritores afectos a la bohemia, encabezados por Caupolicán Ovalles, en el seno de la conocida como “República del Este”. “Pandilla” deriva de “panda”, en su acepción de reunión de gente para hacer daño o para divertirse. “Pando, a”, a su vez, viene del vocablo latino “pandus”, que significa “pando”, “curvado”, “encorvado”. |