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      ¿Me
    se oye? ¿Me se escucha bien?  
    Digo que si se me oye, no si
    se me escucha, lo de escuchar es una acción volitiva y no hay más remedio
 a no ser
    que uno se ponga tapones en los oídos.  
    Hace ya algunos años tuve
    oportunidad de participar en la redacción de unas fichas que se repartían a los miembros
    del Congreso de los Diputados en España (y en el Senado), fichas tituladas Informe sobre el lenguaje que patrocinó
    Telefónica y que otros periodistas y yo, como periodista-lingüista, redactamos durante
    tres años.  
    Hace pocos días he estado
    también en este edificio (Telefónica) en una reunión para organizar un pequeño
    «congresito» en agosto próximo en Guatemala en el que vamos a analizar el uso del
    español en la prensa guatemalteca.   | 
  
  
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    En cuanto a la unidad y la diversidad del español, en el departamento en el que yo
    trabajo: Departamento de Español Urgente, de
    la agencia Efe, creado hace 20 años por Luis María Ansón, a la sazón presidente de la
    agencia Efe, desde el principio la principal preocupación fue precisamente buscar un
    español válido para cualquier lector u oyente de noticias en cualquier país
    hispanohablante, es decir, un español descargado en lo posible de localismos,
    regionalismos... Un español un poco utópico, quizás ese español «neutro» del que se
    ha hablado en muchas ocasiones, que se ha intentado incluso durante algunos años en
    algunos doblajes de TV y de cine (todos recordaremos las teleseries de los años 60 en ese
    español que no era de ningún sitio) pero bueno, al fin y al cabo el Departamento de español urgente lo que trata es
    de que el español que se utiliza en las noticias de Efe (que es la única agencia
    internacional de prensa que es expresa en español y cuyos principales clientes y mercados
    son los medios de comunicación del mundo hispanohablante), que el español de esas
    noticias -insisto- esté bien, que no sólo sean noticias buenas desde el punto de vista
    periodístico, sino que además sean noticias que estén bien confeccionadas con la
    herramienta bien utilizada (la herramienta en este caso es la lengua española).  
    Una antigua preocupación
     
    La doctora Kovacci ha hablado
    de los momentos en que, después de la independencia de las repúblicas hispanoamericanas,
    algunos lingüistas se preocuparon por la posibilidad de la fragmentación del español,
    como ocurrió con la fragmentación del latín cuando se fracturó el imperio romano.
    Parece que ese miedo ha dejado de existir, afortunadamente, pero nos estamos enfrentando
    ahora (precisamente por la entrada tremenda de los nuevos medios de comunicación, de la
    informática, de la Internet y de lo que conlleva en terminología y en lexicografía) con
    otro problema para la unidad del español que es el que plantean los que pagan a los
    traductores; es decir, un traductor que tiene que traducir un manual de Microsoft o de
    cualquier otro tipo de producto, puede encontrarse con el problema de que su cliente
    cuando le entrega la traducción le diga: no me sirve... porque está en español de
    España y yo lo necesitaba en español de México... porque el público al que le voy a
    vender este producto se expresa en este otro español. Es decir, hay una unidad en efecto,
    pero tengamos cuidado porque se puede producir esta pequeña fractura en el mundo de la
    traducción, relacionada con el mundo de los medios de comunicación.   | 
  
  
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    También hay un fenómeno curioso: los que de vez en cuando tenemos que «saltar el
    charco» en avión nos encontramos con que, en ocasiones, la película con la que nos
    amenizan el vuelo está por un canal en inglés, por otro canal en spanish y por otro
    canal en castilian. (español de España).  
    Las películas de Walt Disney
    antiguas, que uno puede adquirir ahora en los almacenes, están dobladas en spanish, la
    últimas, las modernas, están dobladas en castilian.... 
    ¡cuidado! que estamos peleándonos otra vez y además estamos fracturando un
    español (en este caso del cine) curiosamente nombrado español hispanoamericano pero que no es de
    ningún sitio; es eso: ¿qué tanto por ciento tiene de venezolano, de peruano...? Es una
    especie de cóctel muy agitado en el que sale un producto final que supuestamente sirve
    para todos los países hispanohablantes menos para España.  
    Yo creo que en cuestiones de
    unidad y cuidado de la lengua la labor de los medios de comunicación es esencial; ella ha
    dicho algo que yo también quería decir: los medios de comunicación actúan como
    difusores de español, mucho más que cualquier institución académica, sea la
    Universidad o sean las Academias; quien difunde el español, quien decide y dicta la norma
    hasta cierto punto actualmente en español son los medios de comunicación y sus Libros de
    Estilo; en el caso de la agencia Efe nuestro Manual
    de español urgente, en el caso del diario El
    País el Libro de Estilo de El País, y la
    importancia de esos Libros de Estilo y el hecho de que la gente los adquiera y los
    consulte, quiere decir que la gente toma como referencia de español culto, de español
    estandard actual, lo que los medios de comunicación dicen que está bien. Lógicamente,
    los medios de comunicación se basan para redactar esos libros en la norma culta que más
    o menos fijan las academias.   | 
  
  
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    La Academia
    Norteamericana de la Lengua Española es un ejemplo claro del trabajo o la vigilancia del
    buen uso del español (quizás porque la presión encima, detrás justo, del inglés),
    tienen un boletín muy interesante que se llama Glosas
    cuyo director es un especialista en traducción, Joaquín Segura y en ese  boletín tratan asuntos de los que están ahí
    cada día en el español de los Estados Unidos; problemas de traducción, problemas de
    usos indebidos, de palabras en inglés que pueden parecer que en español están bien, y
    se están usando con otros significados...  
    Y por último quiero comentar
    también la labor interesante e importante para este trabajo que nos ocupa a unos cuantos
    amigos. en éste y en el otro lado del charco, de la defensa del buen uso de la lengua...
    la labor importante de las Listas de Correo y de los Foros de Debate en la Internet.  
    La diferencia no está muy
    clara pero bueno: la listas de correo vienen a ser normalmente de funcionamiento
    automático (yo soy moderador de una de esas listas, que se llama Apuntes, estamos ahora comunicándonos más de 200
    personas de todo el mundo y hablamos y nos consultamos constantemente de problemas y dudas
    que nos van surgiendo en el uso de la lengua).   | 
  
  
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    Muy importante es el Foro de Debate del
    Instituto Cervantes, un foro un poco distinto en el que hay un moderador que selecciona
    los mensajes que van entrando y decide cuáles se publican en la página... Hay otros
    foros parecidos y también ha comentado la profesora Kovacci la importancia de la página
    de la RAE y de otras que hay en la Internet... y yo quiero también aquí recalcar la
    importancia de particulares que con su páginas en la red (también Tito ha hablado de
    esas páginas) dedicadas al español que hay muchas y muy buenas efectivamente hacen una
    gran labor de reunión de materiales para que los que estamos interesados en esto
    pinchando dos o tres veces en dos o tres enlaces podamos acceder; quizás el ejemplo más
    llamativo (además de Comunica) es la página del idioma español de un periodista
    uruguayo, que se llama Ricardo Socca y vive en Río de Janeiro y es una página
    verdaderamente buenísima... y hay por ahí también otras muy interesantes, como no,
    además de la de la Academia, la del Instituto Cervantes.  
    Segunda
    Intervención 
    Sólo quería puntualizar un
    par de cositas sobre la segunda intervención de la profesora Kovacci. Ha habido un
    momento en que parecía... sé que ella no lo ha hecho a propósito pero muchos
    lingüistas, a veces colegas míos pecan, pecamos, de echarle excesivas culpas a la
    prensa, a los periodistas.  
    Los ejemplos que ha puesto de
    mal uso eran ejemplos todos sacados de la prensa. Los medios de comunicación sólo
    reflejan el uso del español que está en la calle. Los periodistas usan el español bien,
    o al menos igual de bien que el resto de los hablantes. Hay que tener eso en
    consideración. Es tanta la carga de culpabilidad que tienen ya los periodistas que, en
    muchas ocasiones, cuando se encuentran con alguien de las personas que nos dedicamos al
    estudio de la lengua de la prensa entonan el mea
    culpa antes de que les digan nada y preguntan ¿verdad que lo hacemos muy mal?. No, no
    lo hacen tan mal. Yo he pedido permiso a Tito para defenderlos porque la verdad no es
    así. Se pueden sacar muchos ejemplos de malos usos de la prensa pero esos malos usos no
    los inventan los periodistas (normalmente) sino que son malos usos habituales en el
    español actual.   | 
  
  
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    Y en cuanto al Manual de Estilo, la doctora
    Kovacci tiene muchísima razón. Hay una moda tremenda por parte de muchos medios de
    comunicación de publicar su Libro de Estilo y en efecto es para regalar a las visitas.
    Los redactores de esos medios de comunicación  no
    ven ese manual de estilo. Afortunadamente no pasa eso en la agencia Efe, ni en el diario
    El País, ni en el diario ABC, ni en algunos otros medios de comunicación que yo conozco
    y  cuyos responsables de esos libros son
    colegas míos...., pero hay muchísimos, tantos que ya se hacen libros clónicos. El
    responsable del Libro de Estilo de El País,
    Alex Grijelmo y yo presentamos precisamente un proyecto, en un Congreso que hubo en
    Zacatecas hace tres años, sobre el español en la prensa, para ver si nos poníamos todos
    de acuerdo, patrocinado por el Instituto Cervantes; ese proyecto echó a andar, después
    se paró y ahora con otra forma ha vuelto a dar unos pasos, gracias también al patrocinio
    de Telefónica y del Instituto Cervantes y la RAE; se han juntado también las dos
    instituciones para hacer un Libro (del que ha hablado también la doctora Kovacci) un Diccionario de dudas común para todos los países
    hispanohablantes que será muy útil (cómo no) para todos los medios de comunicación en
    español.    
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