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      La importancia
    del acto de comer y beber ya aparece en los textos literarios desde tiempos muy remotos.
    Es una costumbre que hemos heredado, a lo que parece, de los griegos. Recordemos en La
    Odisea el regreso de Ulises - rey legendario de Ítaca y esposo de Penélope  a
    su casa , y los procedimientos que tuvo que engendrar para rescatar lo suyo, incluso a su
    mujer Penélope. No se puede olvidar que para lograrlo, Ulises ofreció mucha comida¹ y
    bebida a todos que habían rendido a su familia. 
    En la antiguedad clásica la hora de la
    comida era el momento reservado para la revelación y animación de todas las cosas: los
    problemas de las relaciones familiares, políticas, de amistad etc. La mesa era un lugar
    sagrado para los griegos y romanos. Sentarse en las sillas del comedor era como si se
    sentaran en los bancos delante del altar mayor de las iglesias. Todas las alegrías,
    tristezas y disconformidades de la vida las compartían a la hora de comer. Los problemas
    familiares, de la vecindad, políticos etc. se los resolvían allí, en este momento, el
    más importante de sus vidas. 
    Al buscar algo sobre el comer y beber en los
    textos literarios, he dado con la obra de Johannes Mario Simmel²: Es muss nicht immer
    kaviar sein. He leído la traducción portuguesa: Nem só de caviar vive o
    homem, cuyo título en versión española pasó a ser: No sólo de caviar vive el
    hombre.  
    A través de un breve estudio de la obra
    llegamos a algunas conclusiones, a nuestro juicio de mucho valor, para que se pueda
    inferir lo interesante del contenido de esta creación literaria. La historia presenta un
    lenguaje sencillo, llano, muy lineal. El elemento poético lo encontramos, pero no en
    forma de metáforas, eufemismos u otras figuras de estilo.Todo lo que se cuenta, lo hacen
    de modo directo y muy concreto.  
    La obra sobre la vida del agente secreto
    Thomas Lieven consta de : 
    a. Prefacio  escrito por Jacques Abtey  antiguo
    oficial del Deuxième Bureau (Servicio Secreto Francés) y de los Servicios Especiales.
    Mantiene las características de todo prefacio.  | 
  
  
     
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      b. Prólogo  en el cual ya
    empieza el entretejido del texto literario: la trama, el nudo, el climax, el desenlace, es
    decir, todos los elementos que intervienen en la historia los encontramos ahí, así como
    se observa también la acumulación de las peripecias de su protagonista. El prólogo ya
    forma parte de la vida de los personajes y de la estructura narrativa propiamente dicha.
    El prólogo de No sólo de caviar vive el hombre no está conforme com el
    procedimiento común explicativo de cómo se va a elaborar la historia en un relato,
    tampoco funciona como texto introductorio que encabeza el libro, funciona ya como una
    acción que antecede a las acciones para las cuales sirve de preparación y estímulo
    hacia lo que viene a continuación . A veces son bruscos los cambios que se dan en la
    multiplicidad de las escenas, al igual que los cuadros cinematográficos.  
    c. Historias: Las 12, se desdoblan en múltiples sucesos
    distribuidos en 4 libros, según los criterios del autor, en los cuales podemos
    identificar 18 capítulos, 222 escenas y 30 comidas, cuyas fechas están entre mayo del
    año 1939 y septiembre de 1940 en el primer libro; en el segundo van desde 1940 hasta
    abril de 1943; en el tercer libro hay 5 que se desarrollan en los meses de agosto y
    septiembre del mismo año 1943; las comidas con fechas entre agosto de 1945 y 1947 se
    realizan en el cuarto libro; en el epílogo aparecen las 3 últimas el mismo año 
    1958  en los meses de agosto y octubre. Se encarga de hacerlas todas el gran gourmet
    Thomas Lieven , siempre con la misma intención : vencer los obstáculos advenidos de su
    situación en la política internacional.   | 
  
  
     
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    Un sólo
    personaje protagoniza las 12 historias de No sólo de caviar vive el hombre - es
    Thomas Lieven. No hay índice en la obra. Las historias se suceden sin ninguna
    explicación previa. No se sabe lo que va a ocurrir al comienzo de cada relato, aparecen
    siempre nuevas situaciones con estrategias y peripecias especiales. Las comidas se
    realizan y se resumen a lo largo de la historia, tanto pueden ser pretexto de algo cuanto
    pueden darse naturalmente en el desarrollo de las peripecias. Las recetas nos las dan
    seguidas del menú y en el momento de tomar la comida. El epílogo se confunde con la
    creación literaria: siguen el mismo juego - la estrategia y entretejido de las historias
    que se engarzan entre sí.  
    En No sólo de caviar vive el hombre
    se puede considerar la estructura de sus innúmeros relatos como una mezcla de los
    géneros: narrativo y dramático, puesto que la historia contada distingue con mucha
    propiedad todos los elementos que componen una obra literaria de gran estilo, se suceden a
    la par los ligeros diálogos con su pizca de gracia siempre regidos por las debidas
    acotaciones y las ingeniosas descripciones para hacer que el lector sea partícipe de la
    narrativa, inclusive en las descripciones de los personajes,hechas exhaustivamente en sus
    más íntimos detalles, y de los sitios donde se realizan las acciones sin olvidarse el
    tiempo y el humor poéticos. Todo se presenta de forma grata y divertida, lleno de
    perspicacia, a veces para despertar, otras para estimular el interés del lector. 
    La obra comulga con los mismos principios
    literarios de estructura. Estrategia de acción, peripecias, trama, nudo, desenlace y
    entretejido del texto funcionan de modo a mantener al lector siempre atado a la narrativa
    dramática³ participando de ella con el corazón en vilo esperando el momento de la
    catarsis, sentimiento que experimenta el espectador-lector de la tragedia a la liberación
    de la tensión emocional contenida.  
    Los nombres y los personajes son ficción.
    Dice el editor que toda similitud con nombres de personas muertas o vivas es meramente
    fortuita, aunque la historia , al igual que las situaciones presentadas se cimienta en
    hechos reales.  
    Mario Simmel logra siempre crear en su texto
    una atmósfera que envuelve a la gente. Parte de las acciones más vertiginosas a las
    motivaciones más profundas de los personajes. Tanto las acciones cuanto las motivaciones
    de los actuantes de la historia están insertadas en el contexto de congoja y
    contradicción que caracterizaban la Alemania del tiempo inmediato al posguerra. Todo ello
    es muy variopinto: el color local, las acciones, las situaciones, el protagonista y los
    personajes antagónicos son completamente distintos los unos de los otros. Simmel, al
    igual que otros autores de best-sellers, se destaca porque hace una investigación
    exhaustiva de los rincones y de los personajes antes de describirlos y caracterizarlos. En
    No sólo de caviar vive el hombre se constata el talento que tiene el
    escritor para entretener apaciblemente al lector, lo cual excluye una preocupación de
    análisis humano y social. 
    En el Prólogo y en el epílogo hay dos
    cenas claves para la trama y el desenlace de la vida real del protagonista de la obra de
    Simmel. En la primera, la del prólogo, lo que parecía una simple charla de negocio se ha
    convertido en la tabla de salvación del que había sido el agente secreto francés
    durante la Segunda guerra mundial, que tenía el nombre falso de Thomas Lieven, para que
    pudiera seguir adelante manteniendo su nivel de vida. Con lo logrado en la segunda cena el
    protagonista verdadero y real de las doce historias de Simmel fue a vivir en los Estados
    Unidos, donde conoció al autor de esa obra fenomenal y le contó su vida, con lo cual
    Mario Simmel pudo reunir el material necesario para redactar el texto y hacer ver la luz
    su obra: No sólo de caviar vive el hombre, resultado de la sobredicha cena - la
    última del epílogo. 
    En No sólo de caviar vive el hombre
    la hora de la comida era muy significativa para resolver los problemas. Entre el primer
    plato y el principal se concretizaban los grandes "negocios" comerciales,
    políticos, militares y estratégicos para acciones futuras. Se planeaban las grandes
    estratagemas que habían de decidir la vida y la muerte de las personas que, a veces, ya
    estaban en un callejón sin salida, tan gordos eran los problemas en donde se habían
    metido sin saberlo, por fuerza de las circunstancias de la sobredicha guerra o del propio
    sino . A Thomas Lieven o quién fuera él, se le ocurrían las grandes ideas en la cocina
    cuando iba a preparar una elegante comida. Además, preparar la comida le deshacía la
    tensión y la bebida le tranquilizaba los nervios. En los momentos más difíciles cuya
    situación parecía no tener más remedio, el agente secreto se ponía a guisar para
    hacerse volver la calma, que a lo mejor no se le volvía, pues no la tenía. Ocurría un
    suceso tras otro en un sin fin de situaciones conflictivas y amenazadoras que se le
    quitaba la tranquilidad. Mientras guisaba, pensaba; y de ahí venían las soluciones o
    nuevas estrategias para salirse de un apuro, del peligro cercano que le amenazaba todo el
    tiempo. Invitaba a comer a los que podría canjear favores e informaciones.  | 
  
  
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    El
    autor de la novela sólo revela su nombre en el epílogo, al conocer al matrimonio
    Thompson con el cual trabó estrechas relaciones, que resultaron en el best-séller 
    No sólo de caviar vive el hombre, motivo y objeto de este estudio. J. M.
    Simmel fue a los Estados Unidos como escritor encargado de escribir una novela según lo
    acordado con su editor, por tanto no tenía motivos para darse la cara en el desarrollo de
    las historias. Aparece en toda la obra enmascarado de narrador, permitiendo que el lector
    confundiera narrador, autor y personaje central de los relatos. Al final se quitó la
    máscara dejando ver la omnisciencia del narrador omnipresente en la narrativa, actitud
    inherente a una sóla persona: al escritor. 
    Simmel cuenta en su best-séller No sólo
    de caviar vive el hombre los sucesos imprevistos y patéticos que le ocurren a Thomas
    Lieven que no quería ser nazista y que, sin quererlo también, tuvo que ser agente
    secreto obligado por las circunstancias que se le imponía la guerra. Cuenta las
    peripecias por las que pasa dicho agente en sus aventuras, mejor dicho, en los ardides
    preparados por los enemigos políticos de los países que luchaban en la Segunda Guerra
    Mundial - Alemania e Italia por un lado y, los países aliados por otro. 
    A nuestro juicio ésa fue la manera por la
    cual el escritor consiguió llevar su mensaje al mundo, es decir, fue el modo que
    encontraron el protagonista de las historias y el autor de No sólo de caviar vive el
    hombre de mostrar al mundo cómo funcionaban las organizaciones secretas durante la
    Segunda Guerra Mundial. 
    Toda la historia está contada en
    flash-back. Es un ir y venir en el tiempo literario que hace que un lector menos atento se
    pierda en el relato y no vuelva a encontrar la realidad poética. Las historias se suceden
    progresivamente dejando paso a las acciones que forman el entretejido de la obra. 
    En el Epílogo hay dos momentos decisivos en
    la vida del autor, los cuales le han despertado el interés hacia ese tipo de literatura
    que informa y deleita a la vez. El primero, cuando conoció a Pamela Thompson - el
    almuerzo en su restaurante donde tomaron: Pechuga de faisán, Whisky y Entremeses de
    gambas. De ese encuentro resultó toda la trama de la obra que vendría a ser el
    best-séller de los años sesenta/setenta. El segundo, funcionó como el desenlace de la
    historia, pues, se concretó todo el negocio de la hechura de la obra literaria preciada y
    valorada en el mundo. La importancia de ese mensaje poético no está sólo en el hecho de
    mostrarnos El comer y beber en la Literatura, sino porque reúne una serie de
    elementos y quehaceres estratégicos políticos, militares y del poder público, propios
    de una época histórica verdadera - Segunda Guerra Mundial - sin lo cual no tendríamos
    hoy, el conocimiento de los ardides que se armaban para que pudieran alcanzar sus
    objetivos los países que participaron directamente de la supradicha guerra. 
    Caracterizamos al protagonista de la
    historia, como personaje real, verdadero, que se conoce con el nombre de Thomas Lieven,
    como un agente del Servicio Secreto Francés que bajo el nombre de Jean Leblanc se
    convirtió en héroe de todas las historias contadas en la susodicha obra literaria, pues
    de lo contrario todo el entretejido del texto no tendría sentido.  | 
  
  
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    Dice
    el autor del Prefacio, que de modo general, un agente secreto no es un hombre como otro
    cualquiera. Es necesario que sea ante todo muy inteligente, que no debe presumir de
    valiente o ser pendenciero. Necesita también tener buena estrella, sin la cual el más
    listo y más valeroso de los héroes puede ver fracasar sus planes, aunque se trate de
    Thomas Lieven que no quería ser agente secreto de ninguna organización, pero tuvo que
    serlo, de lo contrario no sobreviviría en aquel mundo lleno de intriga y juegos
    políticos extraordinarios. 
    Thomas Lieven es un aventurero en la
    acepción más completa de la palabra, pues supera cualquier dimensión, ya que la vida no
    siempre es aventura, aun cuando se trata de mero suceso sin expresividad. 
    El héroe de la historia tiene un espíritu
    crítico muy elevado y da a las hábiles maniobras de los hombres el valor restrictivo de
    los verdaderos filósofos. Se ve arrastrado por las circunstancias a miles aventuras de
    las que sabe salirse muy bien sin ningún daño físico o moral, con mucho ingenio,
    sabiduría y humor. 
    El agente secreto Jean Leblanc - el mismo
    Thomas Lieven - de falso pasaporte francés, es oriundo de familia de la alta burguesía
    alemana. Creció en una Alemania duramente castigada por la derrota de 1918 - primera
    guerra mundial, que buscaba reequilibrarse y adonde llegaban rumores de que París vivía
    en fiesta. Astucioso, mediador entre los diferentes jefes políticos y militares en sus
    relaciones diplomáticas y recíprocas; ayudado por la riqueza que su padre supo conservar
    y como sabía muy bien ganar su dinero sin capital, empezó su "vida" entrando
    en París en un coche Daimler-Benz descapotable, una ganga que se había comprado. En
    París causó sensación con su chófer, un negro, retinto, uniformado de blanco, sentado
    en el asiento trasero. Thomas Lieven, el señorito de 22 años conducía el coche. 
    Condenado a muerte por los nazistas desde
    antes de la guerra y por los franceses en 1946, Thomas Lieven logró escapar de todos los
    naufragios políticos, apolíticos, militares, sociales y asociales y por ello lo
    admiraban y temían todos. Aunque haya sido un gran aventurero, en su vida ha traicionado
    a nadie. 
    Thomas Lieven era un hombre elegante y
    educado, aficionado a guapas mujeres, vestidos elegantes, muebles antiguos, coches
    veloces, buenos libros, cocina esmerada y el buen discernimiento. Odiaba los uniformes,
    los políticos, la guerra, la insensatez, la fuerza de las armas, la falta de educación,
    la grosería y la mentira. Representaba el prototipo del buen ciudadano, contrario a la
    intriga e inclinado a tener una vida estable, tranquila y agradable. Un raro sino que se
    explica con detalles a lo largo de los capítulos, le arrancó de la vida cómoda que se
    había planeado. 
    Las circunstancias de varios acontecimientos
    violentos y a veces grotescos le obligaron a burlar a las grandes organizaciones como:
    Servicio de contraespionaje del Estado Mayor alemán desde 1925 a 1944, la Gestapo, el
    Servicio Secreto británico, el Deuxième Bureau francés, la FBI americana y la Seguridad
    soviética. 
    En el transcurso de cinco años de guerra y
    doce del posguerra, Thomas Lieven tuvo que usar dieciséis pasaportes falsos, de nueve
    países diferentes. 
    Mientras duró la guerra, Thomas Lieven puso
    pegas fenomenales a los altos mandos alemanes y aliados. No se sentía nada a gusto con
    estos procedimientos. Terminada la guerra tuvo durante algún tiempo la impresión de que
    el delirio en que había vivido y que le tocara vivir era un capítulo a parte. Menudo
    engaño. Los "hombres" que vivían ocultos no querían dejarlo em paz. Pero él
    se ha vengado de los que le perseguían. Explotó a los ricos del tiempo de la ocupación,
    las hienas de la reforma monetaria y los nuevos ricos del "milagro económico".
    Negociaba tanto a Este como a Oeste de Europa. Las autoridades así como los diputados de
    provincia y miembros del Parlamento Federal temblaban delante de él, porque Thomas Lieven
    estaba vivo y sabía algunas cosas sobre algunos bancos, sobre trabajos de construcciones,
    y los encargos del Ejército alemán.  | 
  
  
      | 
    Thomas
    Lieven no es el verdadero nombre de ese héroe. A la vista de las circunstancias, Mario
    Simmel, cambió el nombre y la dirección del ex agente secreto, que fue un tranquilo
    ciudadano enamorado de la cocina y que, sin desearlo, se ha convertido en uno de los
    mayores aventureros del siglo próximo pasado. 
    Empieza la historia de los sucesos de Thomas
    Lieven en la noche del 11 de abril de 1957, en el Prólogo, en el momento histórico en
    que este héroe da a su criada una clase erudita de cómo sazonar una ensalada de lechuga: 
    ENSALADA DE LECHUGA - Ingredientes:  
    
      
        1 lechuga lavada y secada en sal y pimienta
        negra 
        un trapo de cocina 1 cucharita de mostaza
        picante 
        1 huevo duro picado perejil 
        cebolleta 4 cucharas (sopa) de aceite de
        oliva 
        cuarto de litro de nata.  
       
     
    Procedimientos necesarios para el arte de
    preparar una ensalada y de hacer que la lechuga resulte más sabrosa: aprovechar solamente
    su parte tierna; lavarla bien; echarla en una servilleta atada de las cuatro puntas para
    que la lechuga se seque completamente, quitándole toda la humedad. Es imprescindible que
    esté muy seca. La ensalada no debe nunca tener contacto con el metal, dijo. 
    Para hacer la salsa, sigue la receta: poner
    una pizca de sal, otra de pimienta negra y una cucharita de café de mostaza picante.
    Añadir el huevo duro picado, mucho perejil, mucha cebolleta, cuatro cucharas (sopa) de
    puro aceite italiano. Después del aceite, cuarto de litro de nata. 
    No acaba de preparar la ensalada porque le
    interrumpe su empleado para avisarle de que ha llegado el invitado para la cena de aquella
    noche. 
    Aquel 11 de abril de 1957 parecía un día
    como cualquiera, pero no para Thomas Lieven que pensaba que podría acabar con un pasado
    de tumultos y delitos. Menudo engaño. La guerra que tanto odiaba volvía a empezar ahora
    para él en particular. 
    MENÚ DE LA CENA DEL 11 DE ABRIL DE
    1957 
    
      
        Sopa Lady Curzon. 
        Pollo con páprika. 
        Manzanas con almendras y mousse de vino. 
        Pan tostado con queso. 
       
     
    Thomas Lieven ha lucrado 717. 850 francos
    suizos con esta cena  resultado de las multiples estrategias utilizadas con un
    fabricante de papel afiligranado. Dicho papel le sirvió para imprimir y negociar acciones
    falsas. Ese dinero le prestó el negociante Pierre Muerrli. Los mismos 717.850 francos del
    final del Epílogo , correspondientes al préstamo que le pagó Pamela a Pierre Muerrli en
    Zurich, con lo cual se acaba la deuda de su marido  Roger Thompson, el héroe de la
    historia.   | 
  
  
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    El
    libro: No sólo de caviar vive el hombre, nació en algún lugar en los Estados
    Unidos durante una comida cuyo menú fue el siguiente: 
    CENA DEL DÍA 28 DE OCTUBRE DE 1958 
    
      
        Lenguado con ostras y salsa holandesa de
        caviar; 
        Solomillo Wellington con salsa madera; 
        Gnocchi a la Salzburgo. 
       
     
    Echando mano del refrán español que dice: Para
    muestra basta un botón transcribimos la traducción del Epílogo de este best-séller
    de Mario Simmel para comprobar lo que hemos dicho de lo interesante que es esa dinámica
    creación literaria. 
    No sólo de caviar vive el hombre 
    Johannes Mario Simmel 
    EPÍLOGO 
    ¡Muy bien! ¿ Cuál es la continuación de
    la historia? ¿Cómo terminará? ¿ Qué le 
    ocurrió a Thomas Lieven y a Pamela? ¿
    Quién nos contó la historia de todas estas 
    extravagantes aventuras? ¿ Cómo que tantos
    sucesos secretos y ultrasecretos de 
    nuestra época llegaron a nuestro
    conocimiento? 
    Son muchas las preguntas. Tenemos respuestas
    para todas ellas, aunque ello obligue a un hombre a salirse de la oscuridad donde , por
    profesión , debe y debería siempre permanecer.  
    Este hombre soy yo. Yo, el autor, que
    colegí para ti, las aventuras y las recetas culinarias del agente secreto Thomas Lieven. 
    En agosto de 1958, mis editores me enviaron
    durante un mes a los Estados Unidos. Estuve allí cuatro meses. Yo debería recoger la
    documentación para una novela. La novela nunca la escribí. Escribí la historia que
    estás leyendo en este momento. La descubrí en los Estados Unidos y fue una mujer
    estupendamente guapa quien me dio la primera pista, ¿ cómo podría serlo de otra manera? 
    Por motivos obvios no puedo revelar el
    nombre de la ciudad donde vi a esa mujer por primera vez. Era una bochornosa tarde de
    septiembre. Yo tenía hambre. Un amigo periodista me había recomendado un restaurante
    para gourmets. Me iba allá cuando la vi.  
    Tacones altos, un traje beige muy ajustado
    al cuerpo. Ella iba delante de mí. Su pelo oscuro tenía mechas azules. De estatura
    mediana era magníficamente bien hecha de cuerpo. Su silueta me recordaba un yate de
    carrera. 
    Me di prisa y pasé la señora. Tenía una
    boca muy grande y roja, grandes ojos negros y una hermosa frente. De pronto me olvidé que
    tenía hambre. 
    ¡Me perdona, mi dulce Lulu ! Tú conoces
    muy bien a los hombres y sabes que el más noble de todos no vale un maravedí cuando lo
    dejan viajar a solas.  | 
  
  
      | 
    Durante
    mil metros de avenida yo seguí con aquel juego infantil. A veces caminaba yo delante y
    otras veces la dejaba pasar. Cuanto más la veía más me encantaba. ¡Perdona, mi dulce
    Lulu, perdona! Bien sabes que te quiero sólo a ti. 
    La señora, claro, se dio cuenta de mis
    maniobras. Sonrió suavemente. No estaba enfadada.Las mujeres amables no se enfadan nunca.
    Anduvo un poco más deprisa. Y yo también.  
    De pronto se asomó el restaurante
    recomendado por mi amigo. Algo insólito sucedió. La atractiva señora no siguió su
    camino, al contrario: se metió dentro del restaurante. 
    Adelante, me dije a mí mismo, siguiéndola
    sin tener la mínima idea de lo que me esperaba al otro lado de la puerta. Alcancé a la
    señora en el pequeño vestíbulo. Se arreglaba el peinado al espejo. 
     ¡Hello!, le dije en inglés. 
    Ella sonrió para el espejo. 
     ¡Hello !, me dijo también. 
    Me presenté inclinando el busto. 
     Debo confesar , dije siguiendo la
    conversación , que desde el día en que nací, sufro una enfermedad fatal: la timidez.
    Nunca, ni en sueño, tendría yo la idea de dirigirme a una persona desconocida. 
     No me lo diga, me dijo volviéndose
    hacia mí. 
     Verdad que sí. Pero hoy, luego de
    verla, no pude resistir. Créame , usted me ayudó a vencer mi complejo. Soy muy
    reconocido. Un acontecimiento como este debe de ser conmemorado. Me parece que aquí se
    come una pechuga de faisán muy exquisita.  
     Sí, es verdad, me dijo, mirándome
    con seriedad.  La pechuga de faisán es muy rica.  
     En este caso, permítame que le
    preceda. 
    Salí del vestíbulo. Ella me siguió. 
    La sala del restaurante tenía una
    dimensión mediana y estaba muy bien decorada con muebles antiguos. Estaba llena de gente.
    Apenas había una mesa en una esquina sobre la cual ponían: "Reservada". 
    Un camarero se nos acercó. Muy sutilmente
    le di un billete de cinco dólares y le dije: 
     Gracias por habernos reservado la
    mesa. Ayudé a la excitante señora a sentarse. 
     Dos pechugas de faisán, Henry, dijo
    la señora. Primero unos pinchos de gambas. Pero antes un martini seco. 
    Afortunadamente mi editor es generoso. ¿La
    cuenta? ¡Ni pensarlo! 
     Prefiriría un whisky. 
     Yo también, dijo la señora. 
    Dos grandes entonces, Henry. 
     Muy bien, mi señora, dijo Henry.  
     ¿ Cómo ? , pregunté.  ¿
    Dijo mi señora ? 
     Él dijo mi señora. 
     Pero, ¿ por qué ? 
     Porque soy la dueña aquí., dijo
    riéndose.  Usted podría haber ahorrado sus cinco dólares. 
     No importa, le dije. Además quién
    lo paga es mi editor. 
     ¿ Su editor ? ¿ Es usted escritor ? 
     Algunos me lo consideran, otros no.
    Miss... humm... humm... 
     Thompson, me dijo.  Pamela
    Thompson. 
    A partir de ahí ella empieza a mirarme con
    verdadero interés.  ¿ Por qué ? 
     Le pregunto a usted, Señora
    Thompson: ¿Por qué de repente usted comenzó a mirarme con tanto interés?  
     Porque es usted escritor, Mr. Simmel,
    me gustan mucho los escritores.  
     ¡Qué suerte !, Miss Thompsom.  | 
  
  
      | 
    En
    resumen, señoras y señores que me están leyendo, los pinchos estaban de maravilla, la
    pechuga de faisán el manjar de los dioses. Yo no paraba de hablar con mucho espíritu
    como es fácil comprender. Cuando llegó el café ya tenía yo controlada la situación.
    La invité a ir al cine, lo cual accedió. 
     De acuerdo, Sr. Simmel. Conozco al
    propietario del cine, le pediré que nos reserve las butacas. ¿Quiere venir a recogerme ?
     
     Con mucho gusto, Miss Thompson.  
     Nos quedamos a las siete y media.
    Así tendremos tiempo para tomar una copa en mi casa. ¿ Le parece bien ? 
     A las siete y media está muy bien. 
    Hombre, ¡caramba! me dije. Debo causar una
    impresión fabulosa en las mujeres. Debería haber sido galán, imbécil soy. 
    Esa tarde fui al barbero. Después compré
    dos orquídeas y me puse mi mejor vestido: un traje azul-marino. A las siete y media
    llamé al timbre de la puerta de un piso. Una placa de cobre llevaba la inscripción: 
    THOMPSON 
    No esperé demasiado. Se abrió la puerta y
    se asomó un hombre de aproximadamente cincuenta años. Esbelto y de estatura mediana,
    tenía la cara fina, ojos inteligentes, frente despejada, sienes grisáceas, nariz griega
    de forma clásica y un pequeño bigote. En fin tenía todo lo que podría halagar a las
    mujeres. 
     Mr. Simmel, me imagino, dijo el
    hombre.  Tenga la bondad de pasar. Encantado de conocerlo. Mi mujer me há hablado
    de usted. 
     Su... ¡Hummm...! ¿ Su mujer ? 
     Sí, mi mujer. Me llamo Thompson.
    Roger Thompson. 
    Hubo un movimiento detrás de él. Pamela,
    mi hermosa Pamela, entró en el zaguán. Llevaba un vestido de gala verde, muy escotado y
    con arabescos de color oro.Su sonrisa era la de una inocencia radiante. 
    ¡Ah ! ¡ Ha llegado ya! Dios mío,
    ¡qué orquídeas preciosas! ¡ Qué simpático es Mr. Simmel ! ¿Lo ves Roger? No se
    aburre usted si va mi marido al cine con nosotros, ¿ verdad ? 
    Esa noche, en el cine, tuve mucha pena de
    mí mismo. Mis rodillas temblaban y a todo rato tocaban en la división del palco. Mi
    silla no era confortable. Era dura. Hacía calor. Me dolía la cabeza. Y cuando vi a los
    Thompson asidos de las manos antes de que empezara la película, he reflexionado: "
    Ejemplo típico de una noche malograda o de mal aguero". 
    No obstante yo estaba equivocado.
    Absolutamente equivocado.   | 
  
  
      | 
    Porque,
    cuando terminó la película, dicha noche se convirtió en una de las más agradables de
    mi vida en América. Fuimos a comer  al restaurante del matrimonio,¡claro! ¡Qué
    cena! Mr. Thompson preparó el menú y fue personalmente a la cocina. Durante algunos
    minutos estuve yo a solas con Pamela. 
    ¿ Enfadado?, me preguntó. 
     No, no... 
     Durante el almuerzo lo vi tan gentil
    y simpático... Todo lo que decía me agradaba... 
    ¿ Qué dije yo ? 
     Que le gustaba comer bien; que le
    gustaba la compañía de mujeres guapas; que nunca más quería ponerse un uniforme; que
    se sentía como en su propia casa en todo el mundo, donde tuviese un amigo. 
     Querida señora, debo añadir algo a
    lo que ha dicho. 
     ¿Qué ? 
     Yo... yo... también pienso que su
    marido es muy simpático y gentil. 
     Verdad que sí, ¿no? dijo . Es
    cierto lo que dice. Pero usted no lo conoce. No sabe lo que pasamos. No sabe lo que
    piensa. Para mí , la razón siempre rige el amor. Nunca amé verdaderamente a un hombre
    cuya forma de pensar y de expresarse no admiraba. Pero Roger fue amor a primera vista. El
    gran amor de mi vida... 
     Pero... pero ¿ por qué me invitó
    Mrs. Thompson ? 
     Pamela. 
     ¿Por qué me invitó Pamela ? 
     Porque es usted escritor. Usted lo
    comprenderá en otra ocasión, o a lo mejor no lo comprenda nunca. Todo depende de mi
    marido. 
     ¿ Hace usted todo lo que él dice ? 
     Sí, me contestó con una sonrisa
    llena de júbilo.  y él hace lo mismo. Siempre pide mi opinión, siempre. De vez en
    cuando hace una de las suyas,claro, como todos los hombres. Pero siempre vuelve a mí. Sé
    que soy la única mujer con quien quiere vivir. Eso me fortalece y me valora ¿le parece? 
    La vida es curiosa.  
    Lo que yo imaginaba no se realizó. No otuve
    lo que pretendía pedir a Pamela. Mas logré cosa mejor: su amistad y la de su marido. 
    A lo largo de las tres semanas siguientes
    nos veíamos casi todos los días. Nos divertíamos de lo lindo. Y nuestras opiniones
    parecían coincidir verdaderamente en todos los asuntos. 
    Varias veces me di cuenta de que Thompson me
    observaba con aire pensativo. Me he fijado también que él me hacía muchas preguntas
    sobre mi pasado, sobre mis ideas. No obstante, nunca me hablaba de sí mismo.  | 
  
  
      | 
    Yo
    tenía que recoger datos para mi próxima novela, lo cual me obligaba a salir de vez en
    cuando de la ciudad. Era muy grato volver porque sabía que me esperaban los Thompson en
    la estación o en el aeropuerto. Por fin, cuando creí que ya había recogido el material
    necesario, me compré un billete para Frankfurt en el avión del 29 de octubre para las
    nueve menos cuarto. 
    El 28 Roger Thompson me llamó al hotel. 
     Supe que pretendes marcharte, me
    dijo. ¬ Me gustaría prepararte una ligera cena.  
     Es una idea fenomenal, Roger. 
    ¿Qué te parece hoy a las siete y
    media? 
     Me parece estupendo. 
    ¡Ah ! antes que me olvide: llame por
    teléfono a tu compañía aérea. Cancele tu reserva y pide para dejarte en lista de
    espera. 
     Hombre, ¿Por qué razón ? 
     Porque es posible que te quedes aquí
    algún tiempo más. 
     No lo comprendo. 
    Oí su risa. 
     Esta noche misma lo comprenderás y,
    por Dios, no vengas otra vez con dos orquídeas. 
    Por consiguiente me fui con tres orquídeas.
    Pamela estaba más guapa que nunca. Roger más agradable aún, y la cena que preparó era
    la mejor del mundo. De primero, sirvió lenguado guarnecido con ostras fritas y salsa
    holandesa al caviar. 
     En mi vida comí cosa igual 
    tuve que admitir.  Necesito tomar nota de la receta para llevarla a mi mujer. 
     Además de las recetas  me dijo
    el dueño de la casa con aire soñador,  habrá muchas cosas que apuntar. 
    Os miré a los dos. Ambos sonreían con
    amistad y simpatía. 
     Mi querido, dijo Roger Thompson,
     me fío de lo que dice Pamela. Ella me convenció de que eres un hombre de
    carácter. No obstante, soy hombre y necesito asegurarme.  | 
  
  
      | 
    ¿Asegurarte
    ? ¿ De qué ? 
     Ésa es la cuestión. ¿ De qué ? 
    Thompson movía el pescado con el tenedor.
    En seguida su fisonomía se despejó. 
     Mi querido Mario, dijo él,  yo
    no fui siempre el dueño de un restaurante para gourmets. Mi nombre tampoco ha sido
    siempre Roger Thompson. Tengo un pasado de muchas aventuras. ¿Tomas un poco más de
    caviar ? 
    ¡No te hagas el tonto! dijo Pamela.
    Me miró.  Mi marido, siguió diciendo,  ya vivió mucho: sucesos graciosos,
    sucesos tristes y sucesos fenomenales. Siempre creí que alguien debería escribirlo todo.
    Es necesario que mucha gente sepa lo que le pasó. Podría ser útil. 
     ¿Útil ? 
     Mi marido es un pacifista convicto. 
     El único problema, dijo Roger
    Thompson,  es el siguiente:  si yo te cuento mi historia ¿ me aseguras que
    nadie sabrá mi verdadero nombre y tampoco mi dirección ? 
     Sí, claro, le dije, te lo aseguro. 
    Me quedé en los Estados Unidos hasta el 2
    de enero de 1959. Cuando me marché había en mi equipaje dieciséis carretes de cintas
    magnéticas. Cuando salí llevaba para Europa la historia de una vida: las aventuras y las
    recetas del agente secreto Thomas Lieven. 
    Hoy creo que me comprenderán y me
    disculparán mis lectores si yo digo que el hombre que me contó su vida no se llama,
    claro, ni Roger Thompson ni Thomas Lieven. Comprenderán asimismo que yo no mencioné el
    nombre de la ciudad donde vive y trabaja él acompañado de su guapa esposa. Añadamos que
    él se compró el restaurante con el dinero que ganó en la operación con la acciones de
    la DESU  Deutsche Stahlunion  que contamos en el Prólogo de esa obra.El
    préstamo del negociante de inmuebles Pierre Muerrli había llevado la suerte a Thomas.
    Especulaciones sobre las mejores inversiones le hicieron rico. En el verano de 1958,
    Pamela, munida de los poderes necesarios, cogió el avión para Zurique, llevó a Muerrli
    sus 717.850 francos, retiró las acciones falsas de la cuenta anónima, las destrozó
    totalmente y las hizo desaparecer en el wáter de su habitación en el hotel donde se
    hospedaba. Como Lieven había previsto, todos ganaron dinero y nadie se había
    perjudicado. Y más aun: nadie se dio cuenta de los orígenes tenebrosos del negocio. 
    Mientras el avión ganaba velocidad en la
    pista para volar hacia horizontes lejanos  el Atlántico y el Viejo Mundo, Roger
    Thompson y su esposa se quedaron en la terraza del aeropuerto. De repente tuve la
    sensación de que me invadía una añoranza indescriptible. Adiós Pamela, adiós Roger;
    que seáis siempre felices los dos... 
    Lo que me has contado lo he escrito. Espero
    que estés contento. Los últimos metros de cinta sonora pasan por el magnetófono. Thomas
    Lieven habla ,y yo concluyo mi historia con sus propias palabras:  
    "Durante toda mi vida desconfié de las
    grandes palabras y de los grandes héroes.   | 
  
  
      | 
    Tampoco
    me gustan los himnos nacionales, los uniformes y los supuestos "hombres fuertes". 
    "Mi viejo amigo Sabas - el negro
    retinto del coche - se volvió a Marsella donde nació. Su trabajo consiste en supervisar
    en el puerto el embarco de cargas". 
    "Él trata con mucha gente: chinos,
    alemanes, franceses, ingleses y árabes. Se entiende bien con ellos y viceversa. Dicen
    cuando se refieren a él: es un buen tío. Es posible hablarle
    francamente". 
    "Yo también en mi pequeño restaurante
    tengo que hablar con mucha gente: blancos, amarillos y negros. Algunos de mis clientes son
    judíos, otros cristianos. También hay musulmanes y budistas". 
    "Me complace imaginar que llegará el
    día en que todos los hombres cohabitarán en esta tierra tan armoniosamente cuanto los
    amigos de Sabas y los parroquianos de mi restaurante. ¿Por qué razón lo que funciona
    bien para centenares de personas es imposible cuando se trata de millones ? Los hombres
    del muelle dicen que mi amigo Sabas es muy razonable en sus juicios. Me parece que si
    estuviéramos más dotados de la razón, todos podríamos conseguir lo mismo. Dios nos dio
    la facultad de pensar. Propongo que, durante algún tiempo nos dediquemos más a
    reflexionar sobre lo que dicen que creerlo todo sin pensarlo siquiera. Las consecuencias
    serían seguramente milagrosas. No habría más guerras. Porque como son los hombres los
    que hacen las guerras, esos mismos hombres deben ser capaces de evitarla". 
    "Por consiguiente, alzo mi copa a la
    razón humana. Que la razón nos proteja a todos: blancos, amarillos y negros. Que ella
    nos quite de este valle donde reina la angustia y nos lleve a un paraíso de alegrías y
    de paz" (Nuestra traducción) 
    FIN 
    Com los augurios del ex agente secreto
    Thomas Lieven  el James Boom de la época del posguerra mundial de 1945, comienza y
    a la vez termina su historia. 
     ¿Cómo terminar la ensalada? 
    Por los conocimientos culinarios que
    tenemos, deducimos que sólo falta mezclar la salsa preparada a la lechuga limpia, lavada
    y sin humedad. 
    Coger una ensaladera y los cubiertos para
    ensalada. Seguir con la preparación de la receta interrumpida. Y ya está. Lista para
    tomar.¡Buen Provecho!  | 
  
  
      | 
    BIBLIOGRAFÍA: 
    ARISTÓTELES. Poética. (1966).
    Traducción de Eudoro de Souza. Porto Alegre, Globo.  
    LARROUSSE. (1990). Petit Larousse illustré.
    Paris, Larousse. 
    .
    (1964) Pequeño Larousse ilustrado. Barcelona, Larousse. 
    MOLINER, María. Diccionario de uso del
    español. (1987). Madrid, Gredos. 2 Tomos.  
    ORTEGA CAVERO, David. (1984). Gran Sopena de
    Sinónimos y asociación de ideas. 
    Diccionario analógico de la Lengua
    Española. Barcelona, Sopena. 2 Tomos.  
    REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de
    la Lengua española. 21 ed. (Imp 1999). 
    Madrid. Espasa Calpe. 2 Tomos. 
    SIMMEL, Johannes Mario. Es muss nicht
    immer kaviar sein. (1967) Zurich, Schweizer 
    Verlagshaus AG. Obra original.  
    SIMMEL, J. Mario. Nem só de caviar vive
    o Homem. Obra traducida de la original por 
    Paulo Buarque de Macedo. São Paulo,
    Círculo do Livro  por cortesía de la Ed. Nova 
    Fronteira S.A.  
    UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. (1996).
    Diccionario SALAMANCA de la lengua española. Madrid, Santillana.  
    NOTAS: 
    ¹. El vocablo comida en nuestro
    texto se refiere tanto al almuerzo cuanto a la cena. Lo usamos en el sentido de:
    "Acción de tomar alimentos a una hora determinada del día". 
    ². Johannes Mario Simmel, nació en Viena
    en 1924. LLegó al colmo de la consagración internacional com el best-séller No sólo
    de caviar vive el hombre, también presente en la pantalla del cine.  
    ³. Al decir mezcla de los géneros
    narrativo y dramático me respaldo en el Diccionario SALAMANCA, así como en el propio
    autor Mario Simmel que nos cuenta en el Epílogo de su "best-seller": "Em
    agosto de 1958, meus editores enviaram-me, por un mês, aos Estados Unidos. Fiquei quatro
    meses. Eu deveria colher a documentação para um romance. O romance nunca foi escrito. O
    que foi escrito foi a historia que você está lendo..." 
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