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BRASIL – ESPAÑA: UNA RELACIÓN CONSOLIDADA PERO INCOMPLETA |
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Nombre del Autor: Bruno Ayllón |
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brunespa@universitariosmix.com |
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Palabras clave: Relaciones hispanobrasileñas, relaciones políticas, inversiones |
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Minicurrículo: Doctorando en la Universidad Complutense de Madrid e investigador visitante en el Núcleo de Pesquisas em Relações Internacionais da Universidade de São Paulo, Brasil. |
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Resumo: O
artigo tem a finalidade de chamar a atenção para os problemas nas relações
entre a Espanha e o Brasil oferecendo elementos para a reflexão e dados sócio-econômicos que ajudem a caracterizar a falta de plenitude de uma
relação aparentemente consolidada. |
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Resumen: El artículo tiene la finalidad de llamar la atención acerca de los problemas en las relaciones entre España y Brasil ofreciendo elementos para la reflexión y datos socio-económicos que ayuden a caracterizar la falta de plenitud de una relación aparentemente consolidada. |
Preguntado el Presidente Cardoso – en octubre de 2000 cuando fue a recibir el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en España – por la situación de las relaciones hispano – brasileñas, la respuesta fue contundente: “Las relaciones con España son inmejorables ”(El País, 27/X/00). Si comparamos las actuales relaciones hispano–brasileñas con las existentes en otros momentos históricos donde dominaba la tibieza, la falta de intereses comunes y el desconocimiento mutuo, su estado actual ofrece elementos para afirmar que finalmente, después de casi dos siglos, Brasil y España caminan juntos compartiendo intereses, objetivos y valores. No obstante, también es preciso considerar que las relaciones hispano-brasileñas son en buena medida incompletas. Una muestra de esta afirmación es el desconocimiento que aún tenemos de la historia de nuestras relaciones bilaterales - especialmente en el siglo XX – lo que constituye, sin duda, una de las grandes lagunas en el estudio de las relaciones internacionales de los dos países. ¿ Cómo es posible que hasta hoy dos países que compartieron 60 años de historia conjunta cuando fue realizada la Unión Ibérica (1580 –1640), que tuvieron importantes contactos a través de los flujos migratorios provenientes de la Península Ibérica y a través de la participación de los emigrantes españoles en la construcción del Brasil, que experimentaron procesos de cambio político similares - siendo el modelo español una de las referencias explícitas del proceso redemocratizador brasileño - no hayan sido objeto de investigación en el área de las relaciones internacionales? ¿Qué explica esta histórica desidia que se manifesta, por ejemplo, en que no exista ninguna obra de referencia para comprender nuestras relaciones bilaterales en el siglo XX? Sencillamente, encontramos carencia de explicaciones teóricas y de investigaciones históricas para comprender – en primer lugar - el prolongado distanciamiento mutuo, y - en segundo lugar – los factores que llevaron a la intensificación de los contactos en la década de los años 90. Una rápida explicación podría conducirnos a concluir que fueron las inversiones españolas y los intereses económicos en general, los que abrieron la puerta para la profundización de las relaciones políticas. Podríamos pensar también que la aproximación de España al Brasil sólo se produce en la medida en que los españoles comienzan a comprender las especificidades del mundo luso y por extensión de su manifestación en América, al avanzar en su conocimiento con motivo del ingreso de España y Portugal en la Comunidad Europea en 1986, con una decidida vocación de servir de nexo de unión y contacto entre Europa y América Latina. A pesar de la persistencia de nuestro desconocimiento, podemos afirmar que estamos delante de una “parceria consolidada”. La definitiva superación del “eixo da sentimentalidade” por el cuál eran explicadas las relaciones hispano-brasileñas y su sustitución por lo que podríamos llamar de “ eixo dos interesses económicos e políticos” ya fue señalada por el propio Presidente Cardoso cuando manifestó que las inversiones españolas en Brasil eran un factor que contribuía a la estabilidad democrática del país (entrevista a la revista española Tiempo, MAYO 2000) Dibujar un panorama completo de las relaciones hispano – brasileñas hoy, exige superar la estricta dimensión bilateral y considerar la estratégica importancia que para los dos países tiene su relación en el marco de los contactos entre la Unión Europea y Mercosur. Brasil sabe que España es su principal valedor en Bruselas para conseguir una zona de libre comercio que incluya el sector agrícola y España es consciente – como afirmó el Rey D. Juan Carlos en su última visita a Brasil – de su papel para abogar por un mayor acercamiento entre la Unión Europea y Mercosur como uno de los objetivos prioritarios de la política exterior española. En el aspecto político bilateral, las relaciones hispano – brasileñas se rigen por el Tratado General de Amistad y Cooperación de 1992, instrumento que casi 10 años después y en función del radical cambio en el perfil de las relaciones se muestra a todas luces insuficiente. Y aquí radica una de las principales razones para afirmar que las relaciones entre España y Brasil son incompletas, porque una relación plena exigiría transformar este instrumento que contempla las relaciones hispano-brasileñas desde una dimensión cooperativa “tradicional” y pasar para un tipo de relación planteada desde la igualdad donde existan intereses comunes que se puedan concretar en ganancias para las dos partes. La verdadera transformación en el padrón de relaciones España-Brasil se produce a través de las interacciones entre actores sociales de ambas orillas del Atlántico y fundamentalmente por la visión de algunas elites empresariales españolas que identificaron en su momento las enormes posibilidades existentes en Brasil. Ello sin menoscabo de la acción gubernamental o de los múltiples contactos cooperativos entre nuestras sociedades en el ámbito universitario, entre organizaciones no gubernamentales, entre nuestros pueblos a través del turismo y - porque no- por medio del deporte y de sus estrellas como elementos de acercamiento y producción de simpatías entre países. BRASIL – ESPAÑA EN CIFRAS: Más de 15 millones de brasileños son descendientes directos de españoles. La colonia española en Brasil reúne a 80.000 personas y es la cuarta de América Latina. La colonia brasileña en España está estimada en torno a 15.000 personas. En el año 1999, 275.000 brasileños visitaron España en viaje turístico frente a los 80.000 españoles que viajaron a Brasil. En el año 2000, España se ha alzado al primer puesto de los inversores mundiales en Brasil. La evolución de la importancia de estas inversiones directas se refleja en las cifras: En 1995, la participación española en el total de inversiones representaba el 0´17%, es decir unos 300 millones de dólares. En 1999 ya ascendían hasta el 16% del total acumulado. En diciembre de 2000, tras la privatización de Banespa, España lideró la lista de inversores con un total del 25 % y un valor de 4.800 millones de dólares. El principal incremento en las inversiones españolas en Brasil se detecta por su participación en el programa de privatizaciones. La participación de España en las privatizaciones sumaba hasta mayo de 2000 unos 9.000 millones de dólares, un 12% del total. La exportación española hacia Brasil pasó de 363 millones de dólares en 1994 para 1179 millones en 1999. En este mismo año, Brasil exportó mercancias para España por valor de 1169 millones de dólares. Las relaciones comerciales son practicamente equilibradas, si bien la tasa de cobertura es ligeramente positiva para España (101%). En el ranking de los principales socios comerciales de España, Brasil ocupa el primer lugar en América Latina , y el noveno mundial reafirmándose como el principal destino fuera de la Unión Europea de las exportaciones españolas, sólo detrás de los Estados Unidos. (1) Datos de la Embajada de España en Brasilia
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