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Mestizaje
cultural en Cristóbal Nonato de Carlos Fuentes |
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Nome do Autor: Silvia Miranda Boaventura |
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Palavras-chave: cultura – México - identidade |
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Minicurrículo: Doutora em Teoria Literária pela Universidade Federal do Rio de Janeiro, UFRJ. Professora de Teoria Literária e Literatura Latino-americana da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. |
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Resumo:
O México
revisitado por Fuentes descortina o panorama do popular urbano configurado
por diversas contribuições, dentre elas o cinema e a música. Em Cristóbal
Nonato, a pluralidade de linguagens e os diversos planos temporais e
espaciais se encontram confrontados e convergentes na narrativa circular
desenvolvida por um personagem que vive com a cumplicidade,
necessariamente, atuante do leitor na gesta da mistura cultural da América
Latina. |
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Resumen: México revisitado por Fuentes descortina el panorama del popular urbano hecho de diversos aportes, dentre ellos el cine y la música. En Cristóbal Nonato, la pluralidad de lenguajes y los distintos planos temporales y espaciales se encuentran confrontados y convergentes en la narrativa circular desarrollada por un personaje aún no-nacido que vive con la complicidad, necesariamente, actuante del lector en la gesta de la mezcla cultural de Latinoamérica. |
En
Cristóbal Nonato, la pluralidad de lenguajes y los distintos planos
temporales y espaciales se encuentran confrontados y convergentes en la
narrativa circular desarrollada por un personaje aún no-nacido que vive con
la complicidad, necesariamente, actuante del lector la gesta de la mezcla
cultural latinoamérica. México
revisitado por Fuentes descortina el panorama del popular urbano hecho de
diversos aportes, dentre ellos el cine y la música, que representando el
predominio de la industria cultural, van a simbolizar mitificadamente el
modo de ser nacional. La
diversión y el reconocimiento de las identidades nacionales atraen las
masas populares para asistir a las películas y oír los ritmos con los
cuales se perciben integrados como latinoamericanos, pero, al mismo tiempo,
sin percibir, reducidos a determinados clichés de imagen y melodía. El
proceso de identidad mestiza que Todorov apunta en las actividades de
interpretación y mediacón interculturales, resulta en el alejamiento de
ellas mismas para el establecimiento de otra forma de ser.
Lo que Fuentes va a buscar también en la genealogía del huevo
mexicano, el propio narrador nonato, en sus interrelaciones culturales. La
cultura popular aparece mezclada con las otras fajas culturales, y de esa
captamos dos momentos, dentre otros, cruciales de su aparición, por la
diversidad de las presencias y resistencia identitaria de su inserción en Cristóbal
Nonato. El primero nos da
cuenta de la manipulación de varios símbolos culturales, asegurando la
alienación colectiva para obtener la paz como torpor social, así se
institucionaliza la cultura popular sin la intervención productiva de sus
cultores, ahora transformados compulsoriamente en consumidores. Señores,
yo les ofrezco [...] una institución nuestra.
Una bruja. Una
curandera. Una enfermera de los pobres: [...] una mujer que llene el cántaro
vacío de la legitimación nacional: una nueva Madre para México [...] Madre
antigua fue Nuestra Señora la Coatlicue, la de la falda de serpientes [...] Madre
impura fue Nuestra Señora la Malinche, la traidora amante del conquistador,
la puta madre del primer mexicano [...] Madre
Pura fue nuestra Señora de Guadalupe, la redentora del indio humilde: de
Babilonia a Belén con un ramo de rosas instantáneas, Nescaflores, señores:
ya tenemos mamacita santa [...] Madre
revoltosa fue Nuestra Señora la Adelita, la mera madrina de la revolución
[...] y
Madres secretas todas las mujeres de cuya imagen descendimos, pero que jamás
pudimos tocar: las estrellas de cine, las devoradoras, las vampiresas, las
grandes rumberas y exóticas de nuestros inmensos sueños adolescentes
[...]. SEÑORES: LES PRESENTO A NUESTRA SEÑORA MAMADOC. (CN, p. 40-1-2) |
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En
esa lectura parodística se transparienta aún la calcificación de la
cultura popular por los organismos institucionales que además de ignorarla
en su reactualización constante, valorando solamente su vestigio
petrificado en un pretérito concluido hace mucho tiempo, reduce su
capacidad inventiva bajo el dominio de la cultura de masa. Sistema
cultural que forma parte de la lógica de la colonización contemporánea,
como señala Subirats, al promover el vaciamiento ahora de una pluralidad
cultural confrontante para el cumplimiento de una identidad cultural una y
absoluta. Mamadoc
galvaniza todas las mujeres seleccionadas en función de la mitificación de
la figura materna, por ese proceso compensa ideológicamente las pérdidas
nacionales para el enemigo externo más visible, los Estados Unidos - la
posesión imaginaria de las estrellas hollywoodianas -, y satisface el deseo
de dominación masculina de una sociedad patriarcal - poseer todas las
mujeres del mundo en aquélla edipianamente ideal: y
Madres supersecretas todas las gringas de nuestros sueños masturbadores,
Lana, Marilyn y Ava, pero por encima de todas la ubre de la urbe, ubérrima
Mae West de la Gran Manzana, buena cuando eres buena pero mejor cuando eres
mala, Madre Occidente, perdidos en tus lonjas blancas, tus profundidades
secretas, tus oropelos fastuosos: cogerte Madrasta del Oeste es vengarse de
toda nuestra historia de inseguridades y sumisiones, Nalga Blanca, véngase
con su Camote Negro, ándele, tírese un pedo para que me oriente,
occidente, accidente, órale güera rejega que se lo ordena su mero papacito
prieto [...] aquí está nuestra legitimación limítrofe, nuestro premio
permanente, la fuente de todo poder en México, la construcción suprema de
la supremacía machista, muchachos, la mezcla perfecta de Mae West, la
Coatlicue y la Virgen de Guadalupe. Un símbolo, [...] LA
MAMACITA SANTA !!! [...] -
Se las regalo, señores. (CN, p. 42-3) Fuentes
carnavaliza la pretensión del sistema de institucionalizar el mestizaje del
símbolo: sacro y profano, garantizado por la cultura de masas cinematográfica,
al desplazar el lenguaje de la conciliación del nacionalismo conmemorativo
para el discurso de la transgresión sexual como contraconquista de la
subjetividad colectiva. Otra
expresión cultural que recompone la identidad latinoamericana es el bolero,
caracterizador por excelencia de la sensibilidad mexicana, que crea sus
mayores clásicos. Ese género
musical resurge a cada anuncio de su muerte, porque forma parte del
cotidiano amoroso del hombre y de la mujer, recontando su itinerario
sentimental, y aun porque se renueva acogendo todas las contribuiciones que
le llegan. Esa renovación es
propia de las expresiones de la cultura popular, aunque el bolero sea una
creación personalizada. Según
Alejo Carpentier, el bolero acepta por tradición las letras extranjeras o
poema, o sea, se vuelve disponible para la mezcla con cualquier faja
cultural, resultando de ahí una amplia difusión que la escritora mexicana
Margo Su concibe como mancha de tinta incontenible que se expande por toda
la América Latina. [...]
el bolero es música que se escucha, tomados de la mano, repasando el
vocabulario y los sentimientos de nuestra íntima curselería
latinoamericana, levadura de nuestro optimismo melodramático (escucha mi
padre el bolero “Vereda tropical”: Con
ella fui noche tras noche hasta el mar, Para
besar su boca fresca de amar; Y
me juró, quererme más y más, Y
no olvidar jamás, Aquellas
noches junto al mar [...]
suspendido entre los vértices (los vórtices) de mi madre embarazada, Penny
desmitificada y Colasa resignada, mi padre escucha boleros una cierta noche
del año del Quincentenario del Descubrimiento de América: y redescubre el
Nuevo Mundo del bolero, la utopía degradada pero jamás renunciada, [...]
la utopía de las islas, de Eldorado, de la monarquía indiana [...] escucha
[...] los rucos arruinados de la otrora próspera clasemedia embelesados,
todos juntos rescatando el Paraíso -la vereda tropical- mediante
las operaciones del corazón: tal es el proyecto imposible del bolero:
lenguaje culterano de los modernistas adaptado a las necesidades
sentimentales de la alcoba, la playa y el burdel [...](CN. p.429-30) |
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Si
la diversión constante configura la sociedad de espectáculo, como Adorno y
otros críticos culturales analizan, causando a la vez expectativa e
idiotez, el lenguaje con el cual Cristóbal Nonato presenta y
cuestiona la cultura de masas es el de la mezcolanza de distintos lenguajes,
incluso el de la información instantánea, pero contrapuesto a la
irreversibilidad comunicacional entre emisor y receptor, otro tiempo, otra
relación, otra construcción del mundo. A empezar por la necesidad de un
tiempo más lento para la madurez de la obra que el escritor crea y el
lector recrea, como Fuentes señala en la Geografía de la novela:
“Pausa para transformar la información en experiencia y la
experiencia en conocimiento. [...]
Tiempo para la imaginación”. (FUENTES (1995) p. 13 (pie de página). La
novela Cristóbal Nonato ilustra esa percepción literaria en que el
narrador nonato se engendra y es engendrado por nueve meses/capítulos,
contruyéndose y siendo construido por varios niveles de lenguaje, voces que
convocan tanto el autor cuanto el lector y el elector potencial para la
aventura de la creación, dar a conocer lo que aún no fue escrito.
Ese proyecto requiere un repertorio de informaciones ya sedimentado
como saber crítico del mundo, demandando un tiempo más lento para
comprender e imaginar el universo cultural con el cual nos defrontamos. La
posición intelectual de Carlos Fuentes cuanto a la cultura de masas no es,
entretanto, la de desprecio o repulsa.
Su cuestión se vuelve para la utilización manipuladora y tiránica
de esa faja cultural como forma hegemónica de comunicación.
La propuesta del autor parte de un diálogo deseable de la literatura
con los medios masivos para traerles otro tipo de calificación y algún
grado de libertad, contribuyendo juntos para la emergencia real de un
sistema que se socializa democrática y críticamente.
Tal orden social activa el cambio: “en [...] que la realidad de la
cultura creada y portada por la sociedad determine la estructura de las
instituciones que deberían estar al servicio de la sociedad y no al revés”.
(FUENTES (1995) p. 13) La
cultura mestiza establece en la novela el punto de encuentro de México con
los Estados Unidos en el cine y en la música.
Fuentes al privilegiar la reactualización de la memoria cinematográfica
de los años 30 y 40 hecha de sensualidad y glamour, deja
transparentarse el rechazo al espectáculo de la violencia de las películas
contemporáneas y, al mismo tiempo, senãla la iconografía de la modernidad
que expone y expande el lenguaje de la seducción: “Lana Turner, la jamás
olvidada starlett al ser descubierta en marmórea fuente de sodas ingiriendo
empalagoso ice cream soda de cereza y enfundada en ceñido jersey”.(CN.
p, 462) En
la música, aunque la mancha del bolero se extienda hasta los Estados
Unidos, ésta solamente llega al considerable público latino, al contrario
del rock’n’roll que desde la América del Norte conquista a todo
el mundo en la excitación del ritmo, en la incitación del desorden verbal
y de la irreverencia en el tratamiento de las tradiciones.
El rock, aunque es una creación personalizada, como el bolero, también
es cultura popular por recrear el sonido y la letra de la vida de la
juventud. |
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Esa
capacidad de atraer público desde su orígen en los años 50 se debe a la
renovación continua de la técnica musical y también a la absorción de la
tecnología de punta para la producción, grabación de la música o para la
presentación de conciertos grandiosos, cuando la mezcla con la cultura de
masas pasa a predominar. Fuentes agita la escena mexicana de la tradición cultural,
mezclándola con la actualidad de la música popular internacional,
concomitante a la muestra de la dominación de la cultura masiva. [...]
el rockaztec [...] vocalización del conjunto de Los Four Jodiditos Serpents
are better When
feathered -See
their eggs fly! And
after they shed [...] Baby,
baby, in a pie Reptiles
in the sky! [...] oyen
el rockaztec de la serpiente emplumada, [...] ven
al Jipi Toltec cayéndose en trizas, pedacitos de piel que va regando
mientras baila en la tarima con su cinturón de culebra y su concha de mar
en los labios, una mezcla de Tezcatlipoca y Mick Jagger, ven
al Huérfano Huerta dirigiendo a la banda con un retrovisor amarrado
al coco para ver lo que pasa atrás [...], ah mi ROCKAZTEC, cómo gritan
cuando el Huérfano canta Reptiles
in the sky! con
su voz chillona pero erótica y el Jipi con la suya apagada como un fantasma
y Huevo sin rostro, mucho menos con voz [...] el gran delirio dionisiaco en
espacio abierto [...]. (CN.
p, 179-80) Los
músicos del rock ficcional afirman mezclas extrañas de grabados de Posada
o de mural de Orozco revisitados. La
tradición de lo sagrado friccionada por la parodia de la idolatría apunta
para la supervivencia calcificada del mito y para la fabricación de mitos
de la contemporánea sociedad de espectáculo. Los
jóvenes integrantes de los Four Jodiditos están al margen de la sociedad;
integrantes del pueblo, ellos comunican la revuelta de los excluidos y en la
misma vuelta el deseo de inclusión por el portal del consumo.
El huérfano Huerta habitante de la calle se enajena de esa situación
para con el dinero del éxito comprar indumentaria y aderezos de marca,
mientras el Hippie Toltec que vive con su familia en una chabola miserable
sin energía eléctrica va a llenarla de aparatos elétctricos y otros
objetos sin utilidad para los parientes encantados con las ofertas. Los
jóvenes pobres son avasalados como todos por la industria del consumo, pero
están más vulnerables, porque desprovistos de los bienes materiales básicos.
El Hippie Toltec, en especial, trae consigo mismo una de las
cuestiones de Fuentes, porque se reverencia en el pasado acabado la cultura
de los amerindios sin que traiga su vigor y su belleza para transformar el
presente y, a la vez, se tratan mal o se vuelven invisibles a los herederos
indígenas, los mestizos, o sea, el pueblo en la contemporaneidad. Hay
en Cristóbal Nonato una miríada de piedras de toque que recurren
toda la narrativa: “era el día de los grandes rumores” -mítico-,
“para Vigo me voy” y “Pacífica” -utópicos-, “México es el país
de hombres tristes y de niños alegres” y “uniós y olvido” -históricos-
operan juntos la identidad del país.
Tales signos, todavía, son ideologizados para afirmar una realidad
inmutable que Fuentes parodia a la extenuación, confrontando esa realidad
con la producción de movimiento de las alternativas del pasado sin memoria,
del presente caótico y de un futuro que está construyéndose. La convivencia con la alteridad continua siendo en la vuelta del siglo un problema históricocultural en la formación identitaria y exige nuevas proposiciones del talento y de la inteligencia creativos de toda la humanidad. BIBLIOGRAFÍA ADORNO,
Theodor W. & HOKHEIMER, Max. Dialética do esclarecimento:
fragmentos filosóficos. Trad. Guido Antônio de Almeida.
2. ed. Rio de Janeiro:
Jorge Zahar, 1991. 241 p. FUENTES,
Carlos. Cristóbal Nonato.
México: Fondo de Cultura Económica, 1987. 569 p. ------.
Valiente mundo nuevo: épica, utopía y mito en la novela
hispanoamericana. México: Fondo de Cultura Económica, 1994.
303 p. ------.
Geografía de la novela.
México: Fondo de Cultura Económica, 1995.
178 p. MARTÍN-BARBERO,
Jesús. Dos meios às mediações:
comunicação, cultura e hegemonia. Trad.
Ronald Polito e Sérgio Alcides. Rio
de Janeiro: Ed. UFRJ, 1997. 356
p. MUGGIATI,
Roberto. “Do rhythm &
blues ao rock ‘n’ roll”. In:
---. Blues. Da lama à fama.
Rio de Janeiro: Ed. 34, 1995. p.165-72. OROVIO,Helio.
El bolero latino. La
Habana: Letras Cubanas, 1995. 117
p. SUBIRATS,
Eduardo. El continente vacío:
la conquista del Nuevo Mundo y la conciencia moderna.
Madrid: Anaya & Mario Muchnik, 1994a. 524 p. TODOROV, Tzvetan. A conquista da América: a questão do outro. Trad. Beatriz Perrone Moisés. 2. ed. São Paulo: Martins Fontes, 1988. 263 p.
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Sobre o autor: |
nome: Silvia Miranda Boaventura |
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Sobre
o texto: Texto inserido na revista Hispanista no 11 |
Informações
bibliográficas: BOAVENTURA, Silvia Miranda. Mestizaje cultural en Cristóbal Nonato de Carlos Fuentes. In: Hispanista, n. 11. [Internet] http://www.hispanista.com.br/revista/artigo69.htm |
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